Cada uno hemos decidido cuánto de lo que vemos ahí fuera es real. Lo que sucede lo hemos pedido en algún nivel profundo. No hay duda que el mundo es un espejo donde se refleja fielmente lo que hay en la mente inconsciente.
Mis yemas recordaban la suavidad y el olor de la piel
de Codorníu en las fiestas de Lavapiés, cuando juntos de la mano
paseábamos por debajo de los tendidos humeantes de las bombillas de aquella
verbena.
No podía esperar más, ya había decidido volver a Santiago y sabía que no era el momento de tutelar su 'crecimiento' por este lado del mundo hostil. A la semana siguiente, camino de la estación del Norte le dije:
No podía esperar más, ya había decidido volver a Santiago y sabía que no era el momento de tutelar su 'crecimiento' por este lado del mundo hostil. A la semana siguiente, camino de la estación del Norte le dije:
- El último 'secreto' al que tu mente desea enfrentarse es a la culpa original. Lo mantiene escondido en lo más hondo; aunque al final termina por
proyectarlo fuera, en espejo, donde encontramos todo tipo de excusas válidas para poder colgarles el sambenito. De hecho no paramos -desde la mañana a la noche- de juzgar y condenar.
- La culpa, ¿por qué? -me preguntó.
- La culpa, ¿por qué? -me preguntó.
No podía responder lo que pensaba. En aquellos momentos habría salido corriendo. La magia del vapor que desprendían las
lámparas al entrar en contacto con las gotas de lluvia estuvieron trayendo a mi
corazón aquellos paseos durante bastante tiempo, hasta que decidí parar la película.
Nada de nostalgia, por más que una y otra vez me asaltara el danzón de su medio flequillo, moviéndose, cuando le conocí, al ritmo virtuoso de su saxo. Codorníu, calado hasta los huesos en la tarima descubierta, se protegía los hombros con la tela de una pancarta de la Asociación de vecinos, mientras el swing jazz retorcía su cuerpo de olivo.
En aquel tiempo, la espiritualidad era lo último en su agenda.
En aquel tiempo, la espiritualidad era lo último en su agenda.
- Este personaje ilusorio 'que creemos ser' -dije al despedirnos- es la
parte de tu mente sometida a los significados que le diste en un pasado. Metidos en el papel interpretado, es
imposible escapar de la película que se rueda en la propia mente; pero lo que observamos no tiene sustancia, es ilusorio. Las imágenes se inflan a base de miedos y de culpas. El árbol del bien y del mal determina una base válida en el total de este magma cuántico para asentar la carga de la prueba. A vista de pájaro hay millones y millones de posibilidades. Una vez consciente de una, paran la maquinita de las infinitas combinaciones y esta parece destacar con existencia propia. En Física se conoce como un fallo de onda.