resuenan en otra
calle
donde oigo mis
pasos pasar
por esta calle
donde sólo es real
la niebla.
Octavio Paz
Con la proximidad de la primavera me siento menos en la cárcel del cuerpo. De todos los
medios hábiles, este posee la mejor llave para espantar el pertinaz tiovivo
de la mente. La mirada treintañera de un Chumpéter directo y nada tímido fue
un buen desencadenante externo; muy eficaz, mientras encendía mis mejillas con un calor que me llegaba hasta la punta de los pies.
Sin embargo, ahora siento como los cuerpos caminan solos; como atraviesan en soledad la desértica rutina cotidiana; y como solos mueren. El tiempo nos coloca una máscara enajenada, sin que la carne se lo pida, en un intento rencoroso de colar en nuestro presente su locura imperfecta. Los sueños de Codorníu, tan alejados del suelo y del anclaje rocoso de las sensaciones, perdieron las escalas que colgaban desde lo inalcanzable, y una mañana dominical de invierno terminaron doblados, cual marionetas, sobre la raya horizontal que a todos nos soporta.
Sin embargo, ahora siento como los cuerpos caminan solos; como atraviesan en soledad la desértica rutina cotidiana; y como solos mueren. El tiempo nos coloca una máscara enajenada, sin que la carne se lo pida, en un intento rencoroso de colar en nuestro presente su locura imperfecta. Los sueños de Codorníu, tan alejados del suelo y del anclaje rocoso de las sensaciones, perdieron las escalas que colgaban desde lo inalcanzable, y una mañana dominical de invierno terminaron doblados, cual marionetas, sobre la raya horizontal que a todos nos soporta.
Han pasado varias décadas. Ya no salgo de viaje en
busca de las Ítacas, porque no quiero ni lo necesito: esto último, sobre todo. Mi pecho, el verdadero, abre
su cocina a la conciencia para mezclar intimidades de la vida secreta con otras
de la privada y algunas de la oculta.
Es volviendo a jugar con palos, cuerdas, trapos y cajas como siento que corren por mi piel singladuras, sorpresas y matices sin que haga falta que me imagine navegando.
Es volviendo a jugar con palos, cuerdas, trapos y cajas como siento que corren por mi piel singladuras, sorpresas y matices sin que haga falta que me imagine navegando.
Borrando un dulce laberinto de estelas.
Saleta.
Me encanta como te expresas, haces sentir de una forma dieferente.
ResponderEliminarBesitos
Me encanta como te expresas, haces sentir de una forma dieferente.
ResponderEliminarBesitos