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sábado, 2 de enero de 2016

La naturaleza humana es tal que si a un hombre se le roba a la fuerza una cosa, sufre intensamente. Entonces hará un persistente esfuerzo por recuperarla. Pero si se aparta de esa misma cosa por su libre voluntad, entonces ese sacrificio le aportará un inmenso gozo.
                       (Siddharameshwar)

Comienza el 2016, un año que suma nueve, cifra cabalística que indica el final de un ciclo.  Codorníu se hace estas cuentas, con esperanza; pero sigue identificado con su cuerpo, su mente y su personalidad. Y aunque ya no cree que esos objetos constituyan su verdadero "Ser",  sin embargo, en la práctica, su vida va pasando envuelta en rutinas que defienden, protegen y prolongan lo que no es más que una ilusión. 

A lo largo de estas vacaciones me ha parecido que Codorníu camina demasiado con la cabeza. En teoría sabe de sobra que el "yo" separado, el individuo aparte, es siempre un espejismo; algo que no está ahí como lo que finge ser, que no existe verdaderamente. Este descubrimiento, por sí solo, ya habría de ser concluyente. Sin embargo, aún le falta tener una comprensión directa; y esto no está en su mano... ni en la mía. Por ahora, permanece clavado en una casilla que quiere un imposible: eliminar el sufrimiento, pero mantener el sufridor; un nudo imposible de desatar, ya que ambas imágenes aparecen y desaparecen simultáneamente.

En lo cotidiano, Codorníu se va acercando al consumo cero... Salvo en una cosa: le ha pedido a los Reyes un aumento de su capacidad para ir acogiendo lo que venga. 

2 comentarios :

  1. Saleta, yo a veces siento que camino sin cerebro con el yo más dependiente de los otros y, cuando me doy cuenta, me dan ganas de darme un puntapié en mi culo puntiagudo porque, aunque la vida es un hilo en perpetuo desequilibrio, me faltan agallas, así que si Codorniú pide capacidad para acoger, yo pido humor y valentía

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  2. Espero que los Reyes Magos te hayan traido lo pedido. Sabes? Va a ser un año repleto de luz. Lo merecemos. Tú te lo mereces, más allá de espejismos y sueños. Más allá de las rutinas que nos ahogan. Y aunque no tengamos fe en ello, debemos tener el ánimo de la interrogación. ¿Por qué no?
    Feliz Año, amigo mío!

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